Tenía pensado hacer mi segunda parada en Itero de la Vega que es el primer pueblo de tierras palentinas por el que pasa el camino; pero al cruzar el Pisuerga iba tan contento y ensimismado que no me di cuenta que el peregrino británico que iba como unos quinientos metros delante de mi, no había hecho caso de las señales y se dirigía a Boadilla del Camino por la carretera provincial que habíamos tomado para cruzar el río por el puente Fitero. Y a mi me llevaba a arrastras. Sigue leyendo