De Pamplona a Puente La Reina. Once de abril de 2015

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Un descanso antes de Zaraquiegui

En Zaraquiegui volví a encontrarme con aquellos dos belgas que tenían pinta de curas y que hablaban en valón, que tuve sentados a mi lado y en frente en aquella cena colectiva del refugio de Orissón. Estaba entrando en el pueblo cuando un hombre fornido que hablaba por un móvil, dejó de hacerlo y se puso a mal decir mi nombre a gritos. Ah! Eres tu, le dije en perfecto castellano, sorprendido de que se acordara de mi nombre. Y además, me dio la sensación de que se ponía muy contento al verme. Habla, habla, le dije sonriente y me metí en el interior del único bar que había en Zaraquiegui. Sigue leyendo