
De nuevo el final de etapa es el atractivo estético de este camino. Ponte de Lima es uno de mis pueblos pequeños preferidos en Portugal. Ponte de Lima y Tavira y me cuesta dejar fuera O Portiño da Rábida con buen tiempo. Estoy pues en Ponte de Lima y lo demás casi no importa. Caminé treinta y muchos kilómetros para llegar aquí. No hubo cuestas, no tuve que hacer ningún esfuerzo exagerado, ha sido una etapa deliciosa a pesar de que no pude celebrar el desayuno como acostumbro. Todas las mañanas salgo en ayunas al camino. Mi pequeño almuerzo es mi zanahoria para animarme a andar. Así, cuando después de 8 ó 12 kilómetros me detengo este primer descanso se convierte en una fiesta, es uno de los momentos más placenteros del día. Seguir leyendo, http://www.berenguela.com/18-de-mayo-de-2019-de-barcelos-a-ponte-de-lima/2019-06-01