
Lo primero que hicimos esta mañana fue acercarnos hasta el edificio Focsa, en la entreplanta tiene unas oficinas Etecsa, necesitábamos tarjetas para conectarnos a internet. No hicimos cola, eso fue sorprendente. Cuando llegamos no había nadie y, cinco minutos después cuando salimos, había seis personas esperando al pie de las escaleras de entrada a que el funcionario que está en lo alto, para dirigir el flujo de clientes hacia las ventanillas, les fuera diciendo que subieran.
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