
Hoy fue el día en que se enfadó el mar y desalojó El Malecón. Porque no fue construido para que se vayan a arrullar los enamorados, ni para los pescadores de caña y línea, ni como lugar para ver la puesta de sol, ni como lugar de encuentro de los jóvenes, ni de los adolescentes, ni tampoco para los caminantes. Para frenar el mar, para eso está ahí El Malecón. Lo vimos hoy. Son los habaneros los que, con su ingenio y creatividad, han conseguido que El Malecón sea el paseo marítimo más famoso del mundo estando junto a un mar inaccesible en el que, incluso, está prohibido bañarse.
Viaje a Cuba de Rodolfo Lueiro. La Habana con Marejada. 13 de marzo de 2018