De Hontanas a Boadilla del Camino. Veintiuno de abril de 2015

Cerca de Boadilla del Camino

Cerca de Boadilla del Camino

Tenía pensado hacer mi segunda parada en Itero de la Vega que es el primer pueblo de tierras palentinas por el que pasa el camino; pero al cruzar el Pisuerga iba tan contento y ensimismado que no me di cuenta que el peregrino británico que iba como unos quinientos metros delante de mi, no había hecho caso de las señales y se dirigía a Boadilla del Camino por la carretera provincial que habíamos tomado para cruzar el río por el puente Fitero. Y a mi me llevaba a arrastras. Fue al encontrarme en un cruce de carreteras en que aparecían los nombres de los pueblos por los que pasaban esas carreteras, cuando se me dio por sospechar que no íbamos bien por la provincial por la que íbamos, pues el nombre de Itero de la Vega no estaba en ninguna señal.

El Pisuerga desde el Puente Fitero

El Pisuerga desde el Puente Fitero

Puente Fitero

Puente Fitero

Con pocos hombres que no fueran peregrinos me crucé esta mañana en los caminos por los que anduve, que fueron muchos, pues entre todos ellos han de sumar en kilómetros mas de treinta, con toda seguridad. De esos hombres, el primero que vi iba detrás de unos peregrinos, andando por la Vega del río que pasa por las afueras de Castrojeriz. Caminaba tras él y por el andar y las ropas me pareció el tonto del pueblo. Cuando le rebasé nos saludamos y no me lo pareció pero no le pregunté nada.

DSC_0169

A los segundos me los encontré cuando yo andaba buscando el pueblo de Itero de la Vega donde tenía pensado hacer mi segunda parada. Eran un mozo y un viejo que andaban desmontando los tubos de un sistema de regadío que se utiliza por estas tierras, que es Tierra de Campos para regar con el agua del canal del Pisuerga. Anda usted perdido, me dijo el viejo. Si quiere encontrar el camino de los peregrinos tiene que tirar para allá. Y alargó el brazo a su derecha, hacía donde yo veía que estaba el pueblo que debía de ser Itero de la Vega. Pero mire usted, me aclaró, esta carretera por la que va , que es la que lleva a Boadilla del Camino, también es de peregrinos, pero de los que van en bicicleta. A lo mejor también le vale, concluyó. Podría valerme, le respondí. Pero como no llevo bicicleta a lo mejor voy mejor por el otro, le sugerí. Eso es cosa suya, me respondió.   Y por donde tendría que ir para encontrar el camino de los peregrinos de a pie? Pues coja usted por esa que sale ahí delante y en el segundo camino que se le cruce, ese es. Pues muchas gracias y que tengan un buen día, les deseé.

 

Buscando el camino

Buscando el camino

Las indicaciones del viejo eran correctas pero me liaron unas falsas señales con el emblema oficial del camino que acabaron por llevarme a un extraño pueblo que no aparece en los mapas y en donde en vez de casas hay como esos pequeños trateros que tienen, en algunos puertos gallegos, los marineros para guardas sus artes y que aquí podrían ser para guardar los aperos de labranza de antes de que llegaran los tractores. Pequeños galpones que en su momento fueron reconvertidas en casetitas de fin de semana, pero que en la actualidad solo podrían formar parte del escenario de una historia violenta.

 

Las casetas

Las casetas

Lo callejeé todo intentando encontrar una salida que me llevara a la pista de la parcelaria por la que veía que marchaban los peregrinos. No la encontré y como me daba pereza dar una vuelta de uno o dos kilómetros bordeando las fincas decidí saltar el canal de riego, que apenas llevaba agua, y atajar pisando el trigo. Fueron trescientos o quinientos metros que por un poco tengo que hacer de vuelta porque más que un canal, lo que había al otro lado era un foso del que tuve que salir trepando.

Las casetas

Las casetas

Me he entretenido mucho en contaros esto porque ha sido lo importante del día. Por este despiste he caminado unos veintitantos kilómetros seguidos, sin descanso, pues entre Itero de la Vega y Boadilla del Camino no hay nada más que campos, lo mismo que entre Castrojeriz e Itero de la Vega.   Pues el hospital de peregrinos que está al lado del puente que cruza el Pisuerga, Hospital para Peregrinos de San Nicolas de Puente Fitero, que en la actualidad me parece que es un albergue que regenta la Confraternita de San Jacopo di Compostela, estaba cerrado.

 

Hospital de Peregrinos de San Nicolas de Puente Fitero

Hospital de Peregrinos de San Nicolas de Puente Fitero

Precisamente allí estaba detenido, asombrado porque aquel Hospital de Peregrinos careciendo de ventanas resultara bonito, cuando se me acercó un ciclista inglés y me entregó mi móvil. Hacía como doscientos metros que los había saludado, a él y a la chica con la que está haciendo el camino de vuelta. Los había saludado y los había animado, pues iban subiendo con la bicicleta en la mano una pequeña cuesta y unos kilómetros mas allá, en la cercanías de Castrojeriz, les esperaba una subida con un 18% de inclinación. Me entregó el móvil con la convicción de que era mío. Se le ha caído el móvil, me dijo. Y yo lo cogí sin tantearme la ropa, ni mirar si lo llevaba en la pequeña mochila. Como si en aquella soledad en la que estábamos no hubiera pasado nadie más que yo en mucho tiempo.  Muchas gracias y buen Camino!

 

El que me devolvió el móvil y su pareja

El que me devolvió el móvil y su pareja

A lo mejor fue por eso, por el gesto del ciclista inglés que volvió doscientos metros atrás para entregarme mi móvil (pues me alegró mas el gesto que recuperar móvil que no sabía que había perdido) por lo que yo iba feliz cuando crucé el puente Fitero sobre el Pisuerga y no me di cuenta que el inglés que llevaba delante y del que me iba fiando, se había equivocado. Ya me había sorprendido a mi mismo silbando animadamente por medio de aquellos inmensos campos de cereales. La razón que me di entonces era que Itero de la Vega debía de estar cerca, pues ya hacía dos horas que había salido de Castrojeriz y los diez kilómetros que separan a ambos pueblos debía de estar a punto de concluirlos. Y en Itero de La vega iba a descansar una hora, por lo menos, e iba a comerme lo que no me había podido comer en Castrojeriz por culpa de la trifulca que tuve con un tabernero, de la que el tabernero ni se enteró. O casi.

 

Castrojeriz

Castrojeriz

Itero de La Vega, por donde no pasé

Itero de La Vega, por donde no pasé

En Castrojeriz tenía dispuesta mi primera parada.   Había salido de Hontanas a las seis y media, con la noche cerrada todavía, y después de dos horas largas de caminata me animaba el pensar en el desayuno que me iba a comer. El inglés que se perdió el desvío y me perdió mi segundo descanso, estaba sentado en la terracita del primer bar que hay entrando en el pueblo por el monasterio de Nuestra Señora del Manzano. Y allí iba a detenerme yo. Desde hace unos días he optado por elegir siempre el primer bar que haya a la entrada de cada pueblo. Siempre es el que mas trabaja y el que más mueve la mercancía así que todo está fresco y recién hecho. Hoy había previsto un desayuno normal, un zumito recién hecho unas tostadas de pan para echarle aceite y una o dos zeros. El zumo lo pido antes de nada para tantear como es el local y como y en qué exprimen las naranjas. Cada uno tiene sus manías. Y cuando me estaba sirviendo el zumo vi que ya tenía en un plato las tostadas de pan hechas. Aquel hombre me obligaba a violentarme, a decirle que no quería esas tostadas y que me hiciera otras. Así que para evitarlo le pagué el zumo y me fui en busca de otro bar que estuviera abierto.

Entrada en Castrojeriz

Entrada en Castrojeriz

Vista de Castrojeriz

Vista de Castrojeriz

carretera de entrada en Castrojeriz

carretera de entrada en Castrojeriz

Salí, le hice unas fotos al monasterio y después de caminar un poco y de ver el panorama volví a enfrentarme al cantinero. El inglés seguía en la terraza. Y al entrar le dije al hombre que volvía porque no quería andar con el estómago vacío los diez kilómetros que restaban hasta Itero de la Vega. Diez no, me dijo, hay trece pues todavía tiene usted que atravesar todo Castrojeriz … y ya no le dejé seguir. Había mucho más pueblo del que yo imaginaba y por lo tanto habría mas bares. Así que me marché de nuevo sin tomar nada. Lo que no sabía yo entonces era lo que me iba a costar encontrar el otro bar que estaba abierto a las nueve de la mañana en Castrojeriz. Y al final para desayunar malamente dos trozos de pan y una coca cola. Me quedaba una buena tirada hasta Itero de La Vega, 13 kilómetros, pero pensaba que una vez allí iba a quedarme descansando una hora y a comérmelo todo.  Entenderéis ahora mi desazón al darme cuenta que me había perdido.

Descansando tras la subida al Teso de Mosteares

Descansando tras la subida al Teso de Mosteares

Bajada del Teso de Mostelares con un 18% de bajada

Bajada del Teso de Mostelares con un 18% de bajada

Vista desde Mostelares

Vista desde Mostelares

Llegué a Boadilla del Camino cansado, sediento y muerto de hambre. Y acordándome del inglés que me había privado de mi descanso. Había salido de Hontanas detrás de mi. No sabía quien era. De vez en cuando miraba atrás y veía un bulto oscuro que seguía el sendero por el que yo iba. Fue en las ruinas del convento de San Antón, cuando yo había cruzado para hacerle una foto a la puerta tapiada del convento cuando supe que era él. Lo vi a través del objetivo de la cámara. Pues pasaba por delante del convento en el momento en que le hice la foto a la puerta.

Me di una ducha y bajé a comer el menú del peregrino. Y mientras lo devoraba volví a acordarme de él. En qué iría pensando, me pregunté. En nada, como yo. Simplemente iría disfrutando del día.

El inglés cruzando ante la puerta del convento de San Antón

El inglés cruzando ante la puerta del convento de San Antón

entrando en Castrojeriz

entrando en Castrojeriz

Entrando en Castrojeriz

Entrando en Castrojeriz

Los primeros rayos del sol

Los primeros rayos del sol

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Camino de Boadilla del Camino

Entrando en Boadilla del Camino

Entrando en Boadilla del Camino

Boadilla del Camino

Boadilla del Camino

Boadilla

Boadilla

Boadilla

Boadilla

La columna. Rollo de justicia de Castilla. S.XV

La columna. Rollo de justicia de Castilla. S.XV

Albergue, En el camino. Boadilla del Camino

Albergue, En el camino. Boadilla del Camino

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3 pensamientos en “De Hontanas a Boadilla del Camino. Veintiuno de abril de 2015

  1. Me parece buenas idea q te quedes en el primer bar q te encuentres… pero alma de cántaro dile q te haga unas tostadas nuevas y listo!

  2. «Las casetas» que mencionas entre Itero de la Vega y Boadilla del Camino son actualmente bodegas que se sitúan en el despoblado que se llamó Fuente Pedraza con su iglesia de Nuestra Señora de Fompedraza u Ompedraza.

  3. Las fotografías muy buenas, pero algunos comentarios (referidos a características de algunos paisanos que pasean por las afueras de Castrojeriz,sobran, pero claro es mi opinión.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s