Siete de febrero. Tomar conciencia en Africa

 

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Constantemente me llegan noticias de la gente que se está esforzando por dar conocer la realidad de África, de proyectos que se están desarrollando para conseguir que mejore un poquito la vida de las personas que viven en este continente.  La última, al margen de las que vivo diariamente, es el  de los memory books africanos, esos libros que escriben los padres enfermos de sida en los que intentan transmitir a sus hijos, demasiado pequeños para entenderles, sus sentimientos.  Entre los últimos el de Xulia Alonso que en colaboración con la ONG Anhua acaba de editarse.  “Los puentes de Mankell” , reconoce en su título el esfuerzo de Henning Mankell  por sus reflexiones personales sobre el sida. Él es autor del memory book “moriré, pero mi memoria sobrevivirá”.

Museo Etnografico de Lobito

Museo Etnografico de Lobito

Cuando un sabe de los esfuerzos que tanta gente hace por dar a conocer la realidad de África., mi diario se me pone en contra.  Qué frívolo me encuentro contando lo que cuento, pasando tan de puntillas sobre tanto dolor y tanta miseria.  Inevitable que ese planteamiento me lo haga cada vez que me entero con cierta profundidad de lo que ocurre a mi alrededor, de lo que me cuentan los cooperantes del trabajo que hacen.  De las desigualdades, de la violencia de género, de la violencia de la brujería sobre una sociedad rural e indocumentada, de las enfermedades…

Museo de  Etnografia de Lobito

Museo de Etnografia de Lobito

Pero inmediatamente mi instinto de conservación se fabrica las defensas.  Y los argumentos para poder hacer lo que hago manteniendo la dignidad y la conciencia tranquila.  Cada proyecto, cada trabajo que las ONGs desarrollan aquí, y en cualquier otra parte, lleva implícito un esfuerzo de comunicación.  Yo mismo colaboro aquí, muy poco también es la verdad, en redactar alguna noticia y en hacer alguna foto, para que algunos de los trabajos que aquí se realizan lleguen a la opinión pública de la sociedad que financia estas operaciones.

Museo Etnografico de Lobito

Museo Etnografico de Lobito

El diario de estos viajes no pretende nada más que ir anotando anécdotas, observaciones, detalles… que, si yo tuviera una memoria decente y vosotros paciencia infinita para escucharme, os contaría en cualquier bar cuando nos  encontrásemos a mi vuelta.  Ya sé que estuviste por Angola, me diríais.  Que tal el viaje?  Y yo como buen palizas os diría, Muy bien.  Fíjate que salí de Santiago el 23 de…y os contaría con detalle mis cuarenta días en África.

Armas, en el Museo Etnografico de Lobito

Armas, en el Museo Etnografico de Lobito

Asi pues, seguiré escribiendo estas notas de la misma manera que hasta ahora.  A veces abusaré más de vuestra paciencia contando con detalle lo que como y lo que me cuesta y otras, que tontería, siendo minucioso en contaros las fotos que hago.  Es verdad que ya había pensado, con anterioridad a esta llamada a mi sensibilidad como es la aparición del memory book de Xulia Alonso, en la gravedad o frivolidad de estos diarios.  Y no quise detenerme en esa evaluación.  A mi edad, uno acaba cediendo los derechos de su propia imagen a sus actos y a estos, aun después de darle tanta responsabilidad, los libera de cualquier compromiso.  No es que no me importe lo que penséis de mi, si no me importarais no estaría escribiendo todo esto, pero creo que yo soy un hacedor que ya está rematado.  Asi, si lo que hago sale con barbas, San Antón.  Y si sale sin ellas, la Purísima Concepción.

Ninos desayunando en la Rua da Santa Esperanza

Ninos desayunando en la Rua da Santa Esperanza

Pues esta mañana nos fuimos a desayunar al que llamamos El Portugués y nos encontramos con las puertas cerradas.  Lástima, porque llevaba yo desde el ayuno de ayer deseando enfrentarme a sus tostadas con una Coca Cola con mucho hielo. Era demasiado temprano.  No abren hasta las ocho, leyó El Cooperante en la puerta.  Y como teníamos hambre nos fuimos al de al lado aun sabiendo a lo que nos arriesgábamos.   Ya de camino le había comentado yo al Cooperante que lo que en realidad me apetecía desayunar eran unas tostadas con aceite y en El Portugués las hacían siempre después de untar profusamente el pan con mantequilla.  Lo la líes, me dijo.  Lo que nos están poniendo ahora, no se lo sirven a nadie.  Han aprendido a hacerlo para nosotros.  De acuerdo, dije.  Pero son mucho mas sanas con aceite, insistí.

Catedral, en construccion, en la Plaza Espello da Agua

Catedral, en construccion, en la Plaza Espello da Agua

Como El portugués estaba cerrado nos fuimos al de al lado y como no sabían de lo que le hablábamos le explicamos que queríamos un poco de pan tostado, sin mas.  Lo mismo que hacéis con las tostadas con fiambre pero sin fiambre.   Las explicaciones fueron insuficientes.  Pues trajeron el pan tostado pero sin abrir el bollo.  Venía todo aplastado, como sometido a una presión inmensa por una plancha poderosa y, por supuesto, chorreando mantequilla.  Yo me lo comí así, como un bocadillo extraplano con la mantequilla por fuera.  Pero el Cooperante lo abrió con delicadeza y le echó un chorro de aceite.   Cuesta cambiar las costumbres y más si los cambios son para algo desconocido.  De todas formas quedé con ganas de pedir otro bollo aplastado.

Mujer com hijo en kuito

Mujer com hijo en kuito

A las doce comimos ya.  Yo no tenía hambre, pero como tenía el ordenador sin batería y en casa seguimos sin luz, pues me pareció una buena opción picar algo a cambio de cargar el ordenata.  Así, podría daros la brasa contándoos el día de hoy en el que nada sucedió.   Es verdad que siempre comemos temprano, comparado con España, pero lo hacemos siempre sobre la una.  Pero bueno, el cooperante tenía hambre.  Yo creo que le abre el apetito la ansiedad que le genera el trabajo.  Se ha liado demasiado.  Pero qué hacer, viendo lo que se ve por aquí.  Hace unos tres días me contaba la responsable de igualdad de la ONG checa People in Need, a través de la que conseguí el visado para entrar en el país, que el trabajo que están desarrollando a favor de la igualdad de la mujer está en estos momentos esforzándose por disminuir la violencia de género, pero que las mujeres no se atreven a denunciar sus casos porque es fácil que uno de los policías conozca al denunciado o a un amigo o a un pariente y siempre le avisará para que meta en cintura a la denunciante.

En la calle, en Kuito

En la calle, en Kuito

Por la tarde, todavía no había dado la una, nos separamos de nuevo después de comprar en la calle, para él,  un cargador de móvil a un chico que los llevaba en una cesta y saldo para mi móvil a otro vendedor ambulante.

conexiones de movilo en venta

conexiones de movilo en venta

Hoy es un día muerto.  Lo mató el fracaso del viaje a Nharea.  Cuando tienes previsto hacer algo, su fracaso te genera un vacio.  No llueve y el sol ha elevado la temperatura hasta los 27 o 30 grados.  Es un expléndido día de verano  en el que lamento tener que seguir llevando mis botas de caminante.  La alternativa es comprarme unas chanclas.  Por cierto que os adjunto unas fotos en las que podréis observar la última moda aquí, en los adolescentes, llevar unas chanclas dos o tres números mas pequeñas.  Las probaré.

adolescente por la Avenida en Kuito

adolescente por la Avenida en Kuito

El otro día en Lobito, cuando estuvimos en la playa no os conté pero estuvimos de visita cultural.  En una de las casonas coloniales han instalado ahora un museo etnográfico de la región de Lobito que tiene unas cuarenta piezas, quizá menos.  Desde lanzas hasta escopetas de caza y máscaras y figuritas de las que alguna tiene poder para descubrir y detectar a los causadores de infortunio e infidelidad en la comunidad y apurar la inocencia de los acusados de un crimen, nada menos. Y hay una canoa,  que  aconseja esperar a que atraque para ver si es grande o pequeña,  hace huir de las apariencias y no afirmar sin tener la certeza.  Precisamente esta canoa es Cabinda, la región que aun mantiene una pequeña guerrilla por la independencia.  La región es rica en petróleo, el 60% de la producción de Angola se extrae en esta provincia que solo tiene 300 mil habitantes.  Deberían devolverle la canoa, los de Lobito.  Quizá les animase a un mejor análisis de la realidad y a buscar la certeza antes de la acción.

Canoa de Cabinda.  museo mde Lobito

Canoa de Cabinda. museo mde Lobito

El museo en si, era pobre.  Solo estaba acondicionada la planta baja y su guardián, que no guía, apareció unos diez minutos después de que lo hubiésemos visitado.  No, a la planta de arriba no se puede subir, nos dijo, cuando mostramos mas interés en conocer la casa que el que había despertado el museo en si.  aunque también hay que reconocerlo conocimos allí el mapa etnolingüístico del país.  En él aparecen detalladas, por espacios geográficos donde se habla cada una de las diez lenguas angolanas que se hablan además del portugués.  Pero parece ser que el mapa está superado y que una de las consecuencias de las guerras que duraron casi sesenta años fue también acabar con las lenguas con tanto trasiego de gente huyendo de un lugar a otro.  Ahora, la lengua en la que hablan los angolanos cuando no quieren que le entendamos los demás es el umbundu.  Pero  no me atrevería a llevar yo esa teoría a un congreso lingüístico.

Museo de Etnografia de Lobito

Museo de Etnografia de Lobito

En el museo, lo que mas me gustó fueron las cabezas que aparecen por allí, con una abro hoy la página, porque podrían parecer obra mía.  Quiero decir, que ya me gustaría hacer cosas así. Y mira que lo digo con retraso pues ya sabéis que los rompedores pintores del París de principios del siglo XX, Picasso en entre ellos, se habían entusiasmado con el descubrimiento del arte africano.  Bueno estas me gustan más que las máscaras del siglo XIX que hicieron que Picasso modificara alguna de las caras de las Señoritas de Avignon.  Si supiera manejarme con esto os traería aquí la máscara fang del siglo XIX que tanto impresionó a Picasso.  Bueno, a lo mejor, es que nosotros influenciados por Picasso y los que le siguieron, ya nuestro gusto evolucionó hasta encontrar ahora más hermosa la máscara angolana. Por supuesto que de vivir Picasso estaría ya en otra cosa.  Yo todavía ando por aquí.

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Se acaba el día con la noticia de que mañana a la tarde hay una fiesta en la sala de reuniones de la oficina para despedir a una de las chicas checa que se marcha para el Congo.  Se va contenta aunque deja a su pareja aquí, un portugués de Madeira que anda en cosas de la construcción.  Con ellos viajamos hace una semana a Benguela. Ah!  Que el viaje a Cuemba se aplaza un día, salimos el martes.

Rua da Santa Esperanza

Rua da Santa Esperanza

Museo de Etnografia de Lobito

Museo de Etnografia de Lobito

Guia del Museo Etnografico de Lobito

Guia del Museo Etnografico de Lobito

Museo de Etnografia de Lobito

Museo de Etnografia de Lobito

 

 

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