Después de cuarenta días ha cesado la lluvia. No es la primera vez pero no acabamos de acostumbrarnos.
El sol da ánimos. Te fortalece. De verdad que debería de llover solo por las noches. No hay nada que de mas energía que un cielo azul, que un día luminoso. Algunos humanos funcionamos con energía solar.
Estoy en Pontevedra hasta el mediodía en que me voy a Meis. Allí me espera una noche de pesadilla, de asma y frío. Y una amanecida de gripe.