Treinta de diciembre de 2013. Recapacitando

IMG_3326Días en blanco a causa de las fiestas. Nos hemos juntado tantos que parece que hubieran ocupado hasta el tiempo. Por todas partes y a todas horas hay gente en mi vida. Ni un minuto vacío en el que detenerme a escribir tres palabras. Y encima, ayer he tenido que ir a casa a desalojar un pasillo que tenía atestado de libros. Tuve que bajarlos al piso de abajo. Por lo menos fueron cincuenta viajes y no terminé. Hoy vinieron los padres y los niños y entre todos acabamos. Me ahorraron cuatro o cinco horas de trabajo. Mañana, lunes, a las ocho y media de la mañana quedó en venir el de las chimeneas a instalar una estufa de pellets en casa. Una locura de MJ. La van a situar en el hueco que ocupaba una antigua chimenea de piedra que se retiró en las obras del 32, por miedo a que el peso de la chimenea acabara por tirar la casa. Sabe dios en qué condiciones estaba el tiro y la obra que sobresalía en el tejado. Ahora es tarde de domingo y Mj y yo nos quedamos solos. Aprovecho para escribir estas líneas y para intentar acercarme al objetivo de esta escapada a África. Este viaje a Angola se me presenta diferente al que realicé a Etiopía. Allí acudí sin complejos, como un turista indocumentado cualquiera. El viaje que ahora preparo para Angola es diferente, el peso del compromiso social empieza a querer su sitio en el equipaje. Probablemente se deba a que en las vísperas empezamos a planificar la puesta en marcha de una ONG y que en el transcurso de esos preparativos se presentó la posibilidad de establecer una relación con una ong angoleña para ayudarles en sus objetivos de desarrollo. 

Ese hecho, que pudiera servirnos como primer proyecto de arranque de la ONG, está dándole cierto carácter a este viaje. Me hace recapacitar sobre Angola y el papel de las ongs allí y en países con una situación política similar o peor. Me libera pensar que ya no están los tiempos para ir como el Che por el mundo. La labor ahora es cooperar en formación, en desarrollo, e ir dejando la semilla de la civilidad en la población con la que te relacionas. Lo han hecho, lo de ir plantando semillas, los misioneros de todas las iglesias desde hace siglos que mediante la ayuda caritativa han pretendido ganar adeptos para sus causas. Parece que a los que mejor le ha ido ha sido al islán, aunque no a los Hermanos Musulmanes, en Egipto al menos. También me pregunto si, viendo la que está cayendo, nos es momento de mirar a nuestro alrededor. Hasta no hace mucho, cuando la economía nos engañaba a todos y no contábamos lo pobres que éramos, la cooperación era una manera de ayudar a romper el desequilibrio de países ricos y pobres. Ahora, con tanta necesidad como se descubre aquí cabe preguntarse si no habrá que aminorar los esfuerzos en el exterior para preocuparse por lo que pasa en el entorno mas inmediato. La respuesta: Hay que seguir en el exterior y actuar aquí. Hay que estar en los dos frentes, pero en los dos de manera muy diferente. El papel de una ONG tiene que ser distinto en un país democrático y rico que un país pobre y sin libertad. En el interior hay que exigir a las administraciones que cumplan su papel protector de la sociedad. Los ciudadanos nos hemos dotado de unas instituciones para que gestiones nuestros bienes y problemas. Porque las instituciones no las han puesto en pie los bancos, las eléctricas y las grandes constructoras, aunque lo parezca por el mucho esfuerzo que les dedican. Los ciudadanos no tenemos por qué organizarnos al margen de nuestras instituciones, pues es labor de ellas preocuparse por sus ciudadanos. ¿No es lo normal preocuparnos por nosotros mismos a través de los instrumentos que hemos creado para eso? ¿Y no es lo que hacen cuando hay un terremoto o cualquier otra desgracia natural, o descarrila un tren o cae un avión? El papel de una ONG en un país democrático no puede ser otro que exigir un mejor funcionamiento de las instituciones. La única justificación que se le puede encontrar a todas estas iniciativas caritativas, al margen del interés de las iglesias, está en la necesidad de ser solidario que tiene el ser humano para sentirse mejor.  Al menos no encuentro otra razón. Cosas como la Cocina Económica debería de estar sustentada por los presupuestos municipales. Porque si nos dejamos llevar por estas iniciativas acabaremos con los hospitales de beneficencia y asilos para pobres y acabaremos por dejar las instituciones al servicio de otros intereses.IMG_2123Algunos dirán que para eso están los partidos políticos.  Pues también, pero una ONG no está limitada por una ideología, en principio, en una ONG caben todos.  Salvo los ultraliberales, pero eso montan fundaciones. Bueno, no os voy a dar más la lata con todas estos razonamientos a los que me está obligando este viaje a Angola.  por otra parte, razonamientos hechos a v ella pluma sobre los que me reservo el derecho de rectificarlos, pues seguro que sobre este asunto habrán meditado otros con muchísimas mas luces que yo y con los que me encontraré tan pronto empiece a caminar por este mundo de las ongs.

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